lunes, 21 de febrero de 2011

Fernando Mires


Sus articulos aparecen en diversos periodicos y en Venezuela Analitica


Fernando Mires, nacido el 23 de febrero de 1943, Profesor Catedrático en la Universidad de Oldenburg, Alemania, chileno, autor de numerosos artículos y libros sobre filosofía política, política internacional y ciencias sociales, publicados en diversos idiomas. Entre sus libros publicados en América Latina y España destacan: Cuba, La Revolución no es una Isla, Medellín 1978. En Nombre de la Cruz, San José 1984. La Colonización de las Almas, San José 1985 La Rebelión Permanente. Historia de las revoluciones sociales en América Latina (México 1989) El Discurso de la Naturaleza (San José y Santiago de Chile 1991). El Discurso de la Indianidad (San José, Quito 1992) El Discurso de la Miseria (Caracas 1994) El Orden del Caos (Caracas 1995) La Revolución que nadie soñó (Caracas 1997) El Malestar en la Barbarie (Caracas 1998) Teoría Política del Nuevo Capitalismo (Caracas 2000) Civilidad. Teoría Política de la modernidad (Madrid 2001) El Fin de todas las Guerras (Santiago 2001) Teoría de la Profesión Política (Caracas 2002) Crítica de la Razón Científica (Caracas 2003) El Imperialismo Norteamericano no existe y otros ensayos (San Juan 2004) Introducción a la Política, (Santiago 2004)
Artículos y ensayos breves se omiten: suman cientos
Fernando Mires se diplomó de profesor de historia en Chile en 1965. En 1969, fue nombrado Profesor en la Cátedra de Historia de América Latina. Instituto de Sociología, Universidad de Concepción, Chile. En 1975 asumió funciones de docencia y de investigación en el Instituto de Sociología de la Universidad de Oldenburg, Alemania.
En 1978, obtuvo en Alemania el doctorado en Ciencias Económicas y Sociales. En 1991, obtuvo el título de Privat Dozent en el área de Política Internacional (el máximo título académico que otorgan las universidades alemanas).
En 1995 fue nombrado Profesor Catedrático en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Oldenburg, Alemania.

Hace 4 años este articulo de Mires, antes de que tuviesemos blogs, me llegó unas 20 veces por mails de distintos amigos. Vino Mires a dar una conferencia a la Universidad Simon Bolivar...Sus escritos a partir de entonces causaron un gran impacto en la oposicion
Joaquin



Recuerdos de Venezuela
Fernando Mires

Viernes, 15 de junio de 2007

-A Sary Levy-

1

Vuelvo a Caracas después de un año. Esta vez, aceptando una invitación
que me extendió el Goethe Institut para impartir una conferencia
acerca del tema "populismo". Mis colegas alemanes me dijeron, antes de
partir, que no había mejor lugar para hablar de populismo que
Venezuela, según ellos, la Meka del populismo del siglo XXl. Les
manifesté que yo no estoy tan seguro. La razón es parte de una tesis
que llevaba en el maletín. Mi tesis dice que en el desarrollo de un
movimiento populista hay diversas fases. La de origen de un
movimiento, la personificación del movimiento en un líder carismático
y la estatización del movimiento. Cuando el populismo alcanza esta
última fase, el populismo deja de ser populismo. Mientras que en su
fase movimientista el pueblo es el sujeto del movimiento, en su fase
estatista, el pueblo se convierte en objeto del poder, casi siempre
personificado en un mandatario omnipresente.

Efectivamente: En un mandatario omnipresente.

Miro por la ventanilla del taxi que me lleva a la ciudad, y observo
que mi tesis comienza a materializarse. Los retratos de Chávez han
aumentado por todas partes. Es imposible no ver el rostro de Chávez.
Chávez abrazando a un pobre niño. Chávez rodeado de mujeres. Chávez
con los obreros. Chávez con rostro enérgico. Chávez sonriendo. Chávez
con uniforme. Chávez con ropa deportiva. Chávez con terno y corbata.
"Por todas partes se ve a Chávez", le digo al conductor del taxi". Uf,
me contesta. "Cuando me voy a acostar, temo que se encuentre debajo de
mi cama". Reímos.

2.

Sigo mirando a través de la ventanilla del taxi. Los cerros, los
barrios pobres, pobrísimos. Y sobre todo, la suciedad. Basura
pestilente acumulada a lo largo del camino, y después en las calles de
la ciudad. "Hay mucha basura", le dije al taxista. "Viene de arriba"
me respondió "arrecho". No opinaba de los cerros. Viene del poder, del
Estado. Recordé una frase, creo que es de Lefevre: "El rostro del
poder se refleja siempre en las calles de la ciudad". Esa al menos
parecía ser la tesis sociológica del taxista.

3.

¿Es tan difícil limpiar una ciudad? Con los recursos que maneja el
gobierno sería sólo cosa de días. "Con una centésima parte de lo que
regala este gobierno a Bolivia o a Nicaragua, podrían limpiarse todas
las ciudades del país" –me aseguró el taxista. ¿Y por qué no lo hace?
-pregunté. "A ellos no les interesa la limpieza", me contestó: "Ellos
dicen que están haciendo una revolución, y las revoluciones nunca han
sido limpias". Cerré los ojos y me acordé de aquellos años, cuando en
Chile yo pensaba, que también estábamos haciendo una revolución.
Probablemente las calles estaban entonces igual de sucias. Pero,
nosotros, los "revolucionarios", no nos dábamos cuenta. "No teníamos
tiempo". Porque vivir en revolución, es vivir en un permanente estado
de excepción. El tiempo de toda revolución es mesiánico. Y como en
todo mesianismo, el presente es una dimensión muy débil. El tiempo de
toda revolución está en el futuro, no aquí, o acá. "Vivimos en un
momento en que la sociedad nueva está naciendo, y la vieja no acaba de
morir", escuché decir después al Presidente Chávez, citando a Gramsci.
Exacto, el pasado está muriendo, el futuro está naciendo y el presente
no está en ninguna parte. La revolución oculta al presente. Lo
esconde, ¿dónde?, "quizás el presente está debajo de la basura
acumulada", pensé.

4.

Ese día 28 de mayo del 2007, día en que se suspendió mi Conferencia en
la Universidad Simón Bolívar, pasará a la historia de Venezuela. No
por supuesto porque mi Conferencia fue suspendida. Ese día, según
Manuel Caballero, irrumpió en las calles la segunda generación
estudiantil del 28. La primera, es la generación del año 1928, cuando
un grupo de jóvenes universitarios salió a las calles a protestar en
contra de la tiranía de Gómez. La segunda en cambio, es la generación
del día 28, cuando todas las universidades del país comenzaron a
movilizarse a favor de la libertad de opinión, como consecuencia del
arbitrario cierre de RCTV, el canal de TV más popular de Venezuela. En
cualquier caso, ha revivido ese grito de batalla estudiantil, para mis
oídos, muy extraño: SACALAPATALAJÁ Según el Presidente Chávez, su
decisión fue motivada porque RCTV es un canal golpista. Suponiendo que
lo hubiera sido, habían otros canales más golpistas y, sin embargo,
arreglaron sus negocios con el gobierno a cambio de no sé qué cosas
muy poco claras. Además, durante muchos años, el gobierno venezolano
jamás levantó una acusación judicial en contra de RCTV. Y, sin mediar
juicio, lo cerró. Decisión personal. Basta.

Hay que reconocer que el Presidente Chávez es un hombre que dice lo
que hace. Es su principal virtud. Y el cierre del canal de TV lo había
anunciado bastante tiempo atrás. Más todavía, lo había anunciado, para
que nadie tuviera dudas, que esa intención era parte de un conjunto de
medidas destinadas a "profundizar" la revolución. El problema, y eso
es lo que no quieren ver políticos de otros países como Lula, es que
el cierre del canal es sólo un eslabón en el proceso de destrucción de
las instituciones democráticas de la nación.

Se trata, efectivamente, de conquistar, a juicio de Chávez y los
chavistas, la hegemonía en el poder mediático. Las otras medidas son,
el Partido Único de Estado Chavista, la reeelección indefinida, la
creación de Consejos Comunales en todos los ámbitos (verticalización
corporativista de la vida social), ideologización castrista del
ejército, creación de milicias y policías "populares" (la reserva) y
todo ello en el marco de una revolución de tipo "continental",
encabezada por Venezuela y Cuba a través del ALBA. Claro, clarito. Ese
no es un programa de gobierno, es una estrategia de toma del poder. Lo
he dicho siempre, y lo digo porque tomo en serio lo que el Presidente
Chávez dice, lo que, debo confesar, no siempre hace la gente de la
oposición.

Lo cierto, es que parece que esta vez Chávez no calculó en su agenda
de "toma de poder", la masiva protesta popular que desataría en su
contra. Mucho menos calculó el levantamiento unido de las
universidades de la nación.

5.

Los voceros del gobierno y el mismo Presidente dicen, haciendo uso de
inagotable fantasía, que el de los estudiantes es un movimiento
manipulado por el imperio "Peones del imperio", los llamó el
Presidente, en su dulce lenguaje. El mismo día 28, tuve el privilegio
de conversar con un grupo de estudiantes de la Universidad Central.
Nada más lejos de ser manipulados, todo lo contrario. Tuve la
impresión de que ellos han tomado el bastón de mando en la lucha
masiva por la democracia y por los derechos humanos que comienza a
tener lugar en Venezuela. Son la vanguardia momentánea de un vasto
movimiento social, democrático y popular. La palabra momentánea debe
ser destacada.

Ningún sector social ni cultural tiene para siempre asegurado el
primer lugar en ninguna lucha política; esa fue la idea que intenté
transmitir a los muchachos cuando con cierta preocupación me
plantearon ellos que tenían cierto miedo frente a la posibilidad de no
ser capaces de sostener al movimiento durante un largo tiempo. Yo
intenté decirles que no tenían porqué hacerlo. Hoy les toca a los
estudiantes. Mañana a las mujeres. Otro día a los artistas e
intelectuales. Otro día a los obreros. Otro día a la Iglesia. Otro
día, y llegará ese día, a los propios habitantes de los cerros. Días
antes, había tenido lugar una manifestación de más de 500 mil personas
a favor de la libertad de expresión simbolizada en la RCTV. Si no
hubiera tenido lugar esa manifestación, los estudiantes no habrían
salido a las calles. Lo uno después de lo otro. Después, gracias a
ellos, otros se atreverán a salir, y así sucesivamente. Ellos no son
el movimiento, les dije. Son una parte del movimiento. Hicieron
algunas muecas; naturalmente, ellos quieren ser "el movimiento".

Me pidieron que les contara algo del mayo francés, que terminó con el
gobierno de De Gaulle; al fin y al cabo yo vengo de esos tiempos.
Entre muchos aspectos que relaté, les dije que a diferencias de ellos,
los estudiantes del mayo francés desataron un enorme movimiento
social. En cambio, el movimiento social democrático, desató al
movimiento de los estudiantes del mayo venezolano del cual ellos ya
formaban parte, antes de asumir el rol político de "estudiantes".

No quiero nombrar a nadie. Pero vi en esos rostros atentos, algunos
líderes del mañana.

6.

A propósito de líderes, hay una obsesión entre la gente de oposición
por encontrar al líder que los conducirá hacia la liberación. Basta
que alguien sepa articular una frase con otra, para que no falte quien
diga, "ese es el líder". Entre los estudiantes, hay muchos que hablan
lindo y claro. Mucho mejor que Chávez, y ciertos antichavistas
apuntaban con el dedo y decían: "Ese puede ser". Ya un poco cansado,
dije una vez a un amigo periodista: ¿No se dan cuenta que ya tienen el
líder?. ¿Quién? me preguntó esperanzado. Chávez, le contesté.

Chávez es también el líder de la oposición. Su líder negativo. ¿Qué
mejor líder que un líder negativo? Él abre los frentes. Él indica a la
oposición donde hay que ir y por qué hay que demostrar; él indica
incluso, como hay que luchar. Cuando amenaza, hay que replegarse.
Cuando calla, hay que avanzar. Es el mejor líder que puede tener la
oposición. Se los dije también a los estudiantes. Ellos no habrían
salido a la calle si es que Chávez no les hubiera indicado el camino.
Con ello intenté decirles que la lucha que ellos libraban no era tan
desinteresada, ni tan idealista, ni tan altruista como ellos
imaginaban. Ellos luchaban también por sus propios intereses, y el más
importante de todos, es el de la autonomía universitaria. Hacía un par
de días Chávez se había reunido en el Teresa Carreño con estudiantes
adictos, anunciando la intervención estatal de las universidades,
mediante la instalación de sus amenazantes Consejos Populares. La
lucha por la libertad de expresión se une entonces con la lucha por la
autonomía universitaria. .

7.

Pregunté a los estudiantes si ellos veían el canal RCTV. La mayoría no
lo veía casi nunca. Algunos me dijeron que veían de vez en cuando los
noticieros para escapar a la insistente propaganda gobiernera. Pero
los culebrones tenían lugar en horas de estudio. Aunque muchos de sus
mamás y papás seguían las novelas. Las novelas, llamadas culebrones,
prometen la utopía de amores que se cumplen, de mujeres ricas que aman
a hombres pobres, de millonarios que aman con perdición a sus criadas,
de amores, que como todos los amores de verdad, son imposibles, en
fin, relatan de los ideales de todas las vidas incumplidas, ideales
que los ideólogos de cualquier escuela, no pueden entender. Porque,
además, las ideologías no saben de la Radio Rochela, que es lo mismo
decir: no saben de la vida venezolana. Contra eso se metió Chávez,
quien aprendió a ver televisión cuando era niño, mirando al RCTV en la
casa de su abuela. Quizás de ahí le viene su lenguaje popular y
populista. Mucha gente destruye a lo que más ama. Lo he comprobado
varias veces.

Los estudiantes en cambio, no veían RCTV. Les pregunté entonces,
porque la defendían tanto. La respuesta fue casi unánime: "queremos un
país en que cada uno pueda ver lo que quiera y cuando quiera. No
luchamos por RCTV. Luchamos por la libertad de expresión. Y, en estos
momentos, con todas sus vulgaridades, RCTV es el símbolo de la
libertad de expresión". Claro, clarito.

8.

También tomé contacto con otros "chamos". Algunos de ellos ya bordean
los ochenta años de edad. Tuve la oportunidad de compartir con
Demetrio Boessner, Armado Córdoba, Maza Zavala, Manuel Caballero y por
cierto, con Pompeyo Márquez, y también con algunos no tan mayorcitos
como Heinz Sonntag y Antonio Sánchez. A Petkoff lo ví en la TV,
enojado con Chávez y peleando que daba un gusto. Supe que a Malavé
Matta lo habían agredido en la calle, pese a sus 76 años. Todavía no
he podido conocer personalmente al legendario Carrera Damas. Para otra
vez será. Eduardo Casanova estaba enfermo; le deseo una pronta
mejoría.

País de grandes intelectuales y políticos es Venezuela. Muchos de los
citados vienen de la izquierda, otros son todavía de izquierda, y
quizás por eso, meten las patas muy seguido, pero también saben
sacarlas a tiempo. Discutidores, peleones, polémicos, creativos,
democráticos, inquietos y antichavistas. Todos siguen escribiendo. Con
esos chicos tiene que vérselas el gobierno. Con los veinteañeros y con
éstos, con las almas jóvenes de los jóvenes y con las almas jóvenes de
quienes ya no son tan jóvenes. ¿Son también para Chávez, peones del
imperio? Seguro. Quien no es chavista es imperialista. Es la lógica
del sistema.

9.

Los estudiantes están enamorados de su movimiento. Como todo amor
repentino, creen que ese movimiento es único, y por lo mismo, imaginan
que están rompiendo radicalmente con el pasado. "Nosotros no nos
identificamos con ningún partido político de oposición", me aseguran.
Les creo. Tienen la inocente fuerza de la juventud y quieren tomar al
cielo por asalto. Más me preocupé, cuando algunos sectores opuestos al
gobierno afirmaban que los estudiantes constituyen la fuerza histórica
que los salvará de la dictadura chavista.

"No sobrecarguen a los estudiantes", dije en una entrevista que me
hizo el hábil Roberto Giusti en El Universal. Es un error pedir a un
movimiento que recién nace, que los libere de aquello que los partidos
políticos no han podido hacer. Tampoco me parece justo imaginar que
los estudiantes son la fuerza anti-partido de la sociedad. Hoy viven
su momento feliz. Seguro, vivirán todavía otros momentos. Pero una
democracia sin partidos políticos es una imposibilidad. Hay, sin
embargo, sectores en la oposición que atacan con más fuerza a Rosales
y a Petkoff que a Chávez. Dicen que se sienten traicionados. La
verdad, es que ninguno me supo explicar porqué. Rosales fue elegido
candidato presidencial de la oposición, y cumplió su papel. La
oposición volvió a ocupar masivamente las calles, creó nuevos
partidos, afianzó sus estructuras.

Rosales, repito, fue elegido como candidato presidencial de la
oposición, y fue elegido porque no había otro mejor en ese momento. El
hombre caminó y caminó por todas las calles de Venezuela, haciendo una
campaña excelente. En ningún momento nadie pensó que Rosales debía ser
el líder máximo de una insurrección de masas que no tenía por donde
ocurrir. Hoy lo critican porque no asumió ese papel. Absurdo ¿Que
Rosales reconoció el triunfo de Chávez? ¿Y qué esperaban que hiciera?
¿Que el 3.12.06 Rosales hubiera lanzado a sus partidarios a las
calles, cuando el chavismo tenía a todos sus efectivos en posición de
guerra, "rodilla en tierra", para librar el "enfrentamiento decisivo"
al grito de Patria o Muerte? Muchas de las estructuras creadas durante
la campaña presidencial hicieron posible la enorme resistencia que
tuvo lugar cinco meses después frente al cierre del RCTV.

Por supuesto, en Venezuela se impone un cambio generacional. Los
estudiantes lo están logrando. Cada momento tiene sus hombres y sus
mujeres. Probablemente Rosales ya no será el líder de los tiempos que
vienen. Hay, evidentemente, una ruptura con el pasado. Ese, empero, no
es ningún motivo para enlodar a Rosales y a quienes lo ayudaron.
Quizás hoy hay efectivamente una ruptura histórica. Pero para que haya
ruptura tiene que haber cierta continuidad. Los Rosales y los Petkoff,
y tantos otros que vienen del pasado, deberán ser parte del gran
movimiento liberador, pacífico y juvenil, viejo y moderno, que
comienza a despuntar en Venezuela.

Pero los estudiantes tenían que volver a las marchas. "Cuídense", les
dije. "Que va", me contestó uno. "En la calle estamos más seguros que
aquí, en la universidad". Y me señaló un grupo de jóvenes con camisas
rojas que caminaban en fila india a lo largo de los patios. "Son
grupos de choque", agregó. "Están armados".

10.

Hay una hipertensión, cierto temor, a veces terror, que se siente por
todas partes. Los estudiantes tienen también miedo de ser agredidos o
baleados en las calles. "Hay mucha violencia contenida aquí", me lo
dijeron varias veces. "En cualquier momento puede explotar".

El miedo no solamente alcanza a la oposición. También a algunos
partidarios del gobierno, y a veces aparece donde menos se piensa que
debe aparecer.

Yo fui a Caracas a realizar actividades académicas y me vi envuelto en
situaciones que yo mismo no había buscado. Sobre esas actividades
académicas no hablo en este artículo. Fueron también muy interesantes,
pero hablar sobre ellas me llevaría a escribir otro trabajo. Quizás
pronto lo haga. Sin embargo, el miedo circundante, penetra a veces
dentro de la propia academia. Valga una anécdota.

Nos encontrábamos varios colegas de diversas posiciones políticas,
departiendo amigablemente en el edificio de conferencias del Goethe
Institut. Es el lugar más inofensivo que uno pueda imaginar en
Caracas. De pronto, nos llegó la noticia, transmitida por e- Mail, que
uno de los participantes a las Conferencias, un conocido intelectual
adicto al gobierno, quien debía exponer al día siguiente, excusaba su
asistencia, pues el Servicio de Informaciones del Estado le había
aconsejado no asistir, pues su vida corría peligro (sic). Por
supuesto, la carcajada fue general. Pero yo no reí tanto. Yo conocía
superficialmente a ese intelectual, y siempre tuve la opinión de que
era una persona equilibrada. Que de pronto expusiera públicamente tan
infundados miedos, fue para mí un síntoma de un clima amenazante que
circula por doquier. Y ese clima viene de arriba, desde los
Ministerios, desde el propio Gobernante, quien atiza el miedo sin
cesar. Pude comprobarlo.

11 Prácticamente no hay día en que un Ministro no anuncie planes
"desestabilizadores", complots e intentos de golpe. El Presidente
radicaliza aún más esos supuestos mensajes. Permanentemente anuncia
que se han descubierto proyectos magnicidas financiados por el
imperio. Lo increíble, es que hasta ahora, ninguno de esos anuncios ha
sido mostrado con las más mínimas pruebas. Nunca ha habido un solo
detenido. Y los anuncios ya suman cientos. Hay ministros que han
acuñado una nueva palabra: "subliminal". Ven mensajes "subliminales"
por todas partes. Por ejemplo, si en la página de un diario aparece el
rostro de Bin Laden, y una fotografía de Chávez, ellos lo interpretan
como un mensaje cifrado del imperio mediante el cual llama a asesinar
a Chávez. Eso es "subliminal". Chávez, va como siempre, más lejos.
Afirma que los estudiantes están preparando un "golpe suave de
Estado". ¿Qué es un golpe suave? Eso no lo sabe ni Dios. Pero al día
siguiente, todos los diarios chavistas hablan del "golpe suave", y no
falta quien afirma, "responderemos al golpe suave con un golpe
fuerte".

Chávez rompe todos los marcos civiles. Cuando los estudiantes colmaban
las calles, llamó a los habitantes de los cerros a masacrar a los
estudiantes. Afortunadamente, ningún habitante de ningún cerro bajó a
cumplir tan siniestro cometido. Otro día Chávez llamó a una guerra del
Oeste en contra del Este, al interior de Caracas. Nadie le hizo caso.
Pero el Presidente logró lo que él quería: Sembrar miedo y terror.
¿Qué gobernante en el mundo llama a la guerra interna entre
conciudadanos? Solo uno que no quiera gobernar, no hay otra respuesta.

He llegado a pensar que el gobierno busca el enfrentamiento; incluso
juega con la posibilidad del golpe. Cada vez que se siente débil,
habla del golpe que viene. Como el extraño golpe del 2002 los salvó de
una situación muy difícil, imaginan que un nuevo golpe también le
puede reportar dividendos. Pero nadie en la oposición quiere un golpe.
Además, no puede haber golpe sin participación del Ejército. Pero el
mismo Chávez ha dicho que el Ejército es rojo, rojito. ¿Quién lo
entiende? Tengo la impresión, repito, que lo que menos interesa a
Chávez es gobernar. La suya, como he dicho, es una estrategia de
poder, y lo que persigue es destruir totalmente a la oposición, sea
como sea. "Nosotros lo entendemos perfectamente", me dijo un
estudiante. "Ellos quieren provocarnos para que nosotros reaccionemos
con piedras. No lo conseguirán. Si nos atacan, nos hincamos en el
suelo. Si nos amenazan, regalamos flores a los policías. Las flores
son nuestras armas y eso desespera al gobierno". Y así es
efectivamente; con cuanta disciplina, con qué inteligencia, con qué
sabiduría política actúan estos chicos.

11 El día jueves 31.05 fui invitado a conversar con un grupo de
representantes del gobierno. Para mí fue un privilegio y un orgullo.
Lo digo sin ironía. Pocos visitantes obtienen en tan poco tiempo la
oportunidad de conversar con gente del gobierno y de la oposición.
Valoro en todo lo que vale la invitación, y estoy muy agradecido de
ella. Sobre todo si se tiene en cuenta que yo he escrito algunos
artículos que contradicen radicalmente las posiciones del gobierno de
Chávez. Fue ese, un buen, un noble gesto. Gracias; otra vez.

Yo sabia de antemano que no iba a ser una conversación demasiado
amistosa y no lo fue. Yo mismo advertí que el tiempo para encontrar
puntos de acuerdo era muy escaso, pero que debíamos aprovechar la
oportunidad para "ponernos en desacuerdo". Efectivamente: "Ponerse en
desacuerdo" es políticamente muy importante. Se trata de fijar los
puntos reales y no los imaginarios de las diferencias. Y sin
diferencias no hay política.

La conversación fue larga, y por momentos, tensa. Más de tres horas.
Mis contradictores son, realmente, personas inteligentes e informadas.
Pero sobre todo, comprometidas. Militantes, activistas e intelectuales
orgánicos. Aplico este ultimo término sin ninguna ironía sino que en
el exacto sentido gramsciano del término, es decir, se trata de
personas que organizan sus pensamientos en torno a una idea o ideal
matriz.

Me di cuenta, apenas comencé a escucharlos, que más que diferencias de
ideas, eran diferencias de paradigmas las que nos separaban. Por
ejemplo, ellos hablan de la revolución con énfasis, como si la
revolución fuese una fuerza magnética que de acuerdo a un orden
cósmico, regula los acontecimientos de la historia. Para mí, en
cambio, la revolución, suponiendo que haya una, no son sino las
personas que quieren hacerla, y ninguna revolución puede ser mejor que
las personas que la realizan.

Una segunda diferencia esencial, es que ellos no dudan que se
encuentran situados en el lado bueno de la historia. Todos los que
están al otro lado, se encuentran equivocados. Eso quiere decir, ellos
operan de acuerdo a la lógica de la razón dicotómica. Por ejemplo,
para ellos el gobierno es la izquierda, y todo lo que sea oposición es
la derecha (o imperialistas, u oligarcas) Que el nacionalismo y el
militarismo hayan sido generalmente valores de la derecha, no lo
computan. Que muchísima gente que adversa al gobierno, sobre todo
intelectuales, que mucho antes que apareciera Chávez eran de
izquierda, tampoco les interesa. En fin, lo que no les interesa, no lo
ven; así de simple.

De la misma manera ellos imaginan que todos los pobres están con
Chávez, y todos los ricos están en la oposición. Sin embargo, quien
como yo, ha visto los barrios y mansiones lujuriosas en donde viven
ciertos miembros del gobierno, uno que sabe que hay consorcios
nacionales y extranjeros que invierten en y gracias al gobierno, y
quien, como yo, vio en las demostraciones anti-Chávez, mucha gente
pobre, mucho color oscuro, sabe como yo lo sé, que eso no es cierto.

12 El grupo oficialista anfitrión, me dio a conocer un cuadro general
de las obras sociales realizadas durante el gobierno de Chávez. La
presentación fue muy exacta y ordenada. La mayoría de las llamadas
conquistas sociales yo las conocía. Por lo demás, esa es una de las
razones que explican la popularidad de Chávez entre los sectores más
desposeídos.

Un participante, ya algo alejado de las políticas del gobierno,
manifestó que, sin embargo, él había visto mucha corrupción, mucho
desorden y mala administración en la gestación de algunas misiones
populares. Esa no fue para mí una razón para negar el carácter popular
que tiene el gobierno chavista. Corrupción e ineficiencia las he visto
siempre en la política, incluso en la europea, y con eso hay que
calcular siempre.

En suma, obtuve la impresión, de que la mayoría de los participantes
estaban realmente comprometidos en un intenso trabajo social. Ellos
piensan, que más allá de las instituciones, incluyendo las del
gobierno, tiene lugar una revolución que se expresa en una mayor
participación popular y en una efectiva distribución de los ingresos
públicos, en fin, en un aumento considerable de la llamada justicia
social.

Yo respondí que en ningún momento pongo en dudas los logros en materia
de justicia social alcanzados bajo el gobierno de Chávez. Pero al
mismo tiempo aduje que había que proceder con cierto cuidado en dicha
evaluación. Pues, no hay ningún gobierno en la tierra que no haya
hecho "algo" por los pobres. Y es cierto que el gobierno de Chávez
había hecho mucho más que "algo". Pero si uno recorta solo la obra
social de un determinado gobierno, supongamos, la de un gobierno
fascista, nos podemos encontrar que, separadas de todo contexto, la
hoja social de ese gobierno podría ser, y lo ha sido en muchos casos,
brillante. En fin, que tenía la impresión de que la revolución de la
que ellos me hablaban, transcurría por dos canales paralelos. Uno, el
social, y el otro, el político.

Porque efectivamente, ¿qué tiene que ver la obra social que realizan
los activistas del gobierno de Chávez con los permanentes improperios
que profiere todos los días Chávez al gobierno norteamericano? El
gobierno norteamericano no sólo no se ha opuesto, ni se opone a ningún
acto de justicia social del gobierno de Chávez. Por el contrario, los
alimenta con las remesas diarias de petróleo que compra al país.

En otros países latinoamericanos, también tienen lugar muy
interesantes reformas sociales. Ellas caben dentro del rubro "política
social". Pero nadie habla de revolución, ni de guerra al imperio, ni
mucho menos de un nuevo tipo de socialismo- militar con el pathos con
que lo hace el gobierno venezolano. A ningún otro gobernante
latinoamericano se le ha puesto la idea de crear un partido único para
uso personal, ni de hacerse reelegir indefinidamente, ni mucho menos,
militarizar la sociedad y cerrar medios de comunicación, como lo está
haciendo el gobierno venezolano.

¿Qué tienen que ver las reformas sociales que tienen lugar en
Venezuela con los íntimos contactos que toma el gobierno con las
tiranías más espantosas del siglo XXl? (¿Siria, Irán Bielorrusia, Cuba
entre otras?) ¿Por qué para realizar esas reformas sociales que nadie
critica, ni en Venezuela ni fuera de ella, hay que armarse hasta los
dientes? Si esa respuesta no es respondida con claridad, uno tiene no
sólo el derecho, sino, además, el deber de pensar, que las
transformaciones sociales realizadas por el gobierno de Chávez no
tienen otro objetivo que acumular fuerzas para lograr un proyecto de
poder militar y personal que va mucho más allá de las reformas
sociales.

¿Cómo estar en contra de que los pobres coman más, de que tengan
derechos a más educación, a bienes civiles, a mayor autoorganización?
Yo no estoy, y jamás estaré en contra de la justicia y de la política
social. Pero, a diferencia de algunos conocidos que están en el
gobierno de Chávez, jamás aceptaría la justicia social como una
alternativa a la conformación democrática de una nación. Pues, esa
alternativa es falsa. Si el edificio democrático se viene abajo, las
propias reformas sociales no tendrán donde afirmarse, y la justicia
social se acabará para siempre. O, peor: quedará librada a la buena
voluntad del dictador de turno.

¿Por qué tengo que creer que el socialismo del Siglo XXl que levantáis
como alternativa, deberá ser distinto a los demás socialismos de la
historia? Creéis que sois distintos, pero vuestros lemas, consignas,
objetivos e ideologías no son diferentes en nada al de los socialismos
que fracasaron en el siglo XX. Y no imaginéis que pongo en duda la
existencia del socialismo del Siglo XXl. Cuba, Corea del Norte y
Siria, se declaran socialistas. Tres socialismos del Siglo XXl. Los
tres, en tres continentes. Los tres tienen muchas diferencias pero
algo en común: exilio, asesinatos, fusilamientos, prisiones y
torturas. ¿Por qué debo creer que vosotros vais a hacer algo
diferente? ¿Es acaso Chávez un genio universal? ¿Sois más buenos que
los demás revolucionarios de los demás países del socialismo del siglo
XXl?. ¿Tenéis una mejor ideología? ¿No habéis notado que estáis
consumiendo cocina ideológica recalentada, chatarra de un marxismo que
avergonzaría a Marx, de un leninismo que avergonzaría hasta a Lenin?
Si os distanciáis públicamente de esos macabros socialismos del siglo
XXl, o si vuestro líder se separa radicalmente de Cuba, yo os voy a
creer del todo. Antes, no.

Después de haber expuesto mis opiniones, parece que no había mucho más
que conversar. Intercambiamos tarjetas. Hasta pronto. Ojalá. Buen
viaje.

13.

Me pregunté, mientras Sary -ángel de la guarda- conducía su carro, si
acaso no había sido demasiado duro con mis anfitriones. Pero, después
de todo, yo no soy un político. Soy un intelectual. Bueno, mediocre o
malo, eso no importa. Al igual que un intelectual, un político debe
decir siempre la verdad, o lo que se imagina es su verdad. Pero el
político debe decirla solo en el momento preciso. El intelectual, en
cambio, debe decirla donde se encuentre. Aunque se venga el mundo
abajo.

14 Despistado como soy, el día sábado, buscando el hotel, me perdí por
las calles de Caracas. De pronto, me encontré justo en el medio de la
concentración chavista, llamada por el gobierno, en contra de la
oligarquía y el imperio. La verdad, es que me impresionó mucho. Nunca
había visto antes tanta gente vestida con camisetas rojas. Una enorme
multitud roja que llenaba calles y avenidas. Es cierto, la marcha de
la oposición a favor de la libertad de prensa y expresión, fue mucho
más multitudinaria. Pero ésta era, más que suficientemente fuerte. Es
innegable, muchos eran traídos en buses del gobierno, y la policía
parecía cuidarlos en lugar de vigilarlos.

Por un momento marché junto con los chavistas. De pronto creí ser
transportado a los años setenta, a Chile. Sonaba la música de los
Quilapayun, y la gente gritaba: "El pueblo unido jamás será vencido".
Hasta ahí no más llegó la comparación.

A pesar de todo lo que he criticado a la izquierda chilena en muchos
de mis trabajos, debo reconocer que a esa izquierda jamás se le habría
ocurrido uniformarse con un solo color. Por el contrario: era
variopinta; y en parte, estábamos orgullosos de nuestra pluralidad que
se reflejaba en los diversos colores de las diversas banderas de los
diversos partidos. Mucho menos se nos habría ocurrido rendir culto a
la persona de Allende, quien fue siempre respetado; y después de su
muerte, querido. Idolatrado, como Chávez, jamás. Además, los
participantes de esa demostración, marchaban, literalmente: marchaban.
Quiero decir: marchaban con marcialidad. Uniforme y marcialidad. ¿No
son estos rasgos militares? Si uno toma en cuenta los nombres que usan
los chavistas para organizarse, sólo se puede responder
afirmativamente. Ellos están organizados en "comandos", "batallones" y
"pelotones". La militarización de la política venezolana no sólo se
refiere al hecho de que muchos militares activos ocupen los
principales puestos de la administración pública, o que el lenguaje
del Presidente, que es, además, teniente-coronel, sea un lenguaje
militar. El militarismo se encuentra presente también en las llamadas
organizaciones populares.

Sentí miedo. No de la gente. Pero sí de sus símbolos.

Esa multitud marcial, me recordó a ciertas interpretaciones freudianas
de los sueños. Dice Freud que aquello que se presenta como antagónico
en la realidad, en los sueños tiende a unificarse. Los sueños realizan
la unidad de los contrarios. Ello tiende a ocurrir cuando el pasado no
ha sido suficientemente trabajado por los pacientes. Y así estaba
ocurriendo en las imágenes de la marcha chavista. Durante el período
de la Guerra Fría, el comunismo y los ejércitos eran enemigos mortales
en casi todos los países de América Latina. Ese día, en cambio, veía a
masas uniformadas, a paso casi militar, coreando las consignas
comunistas del pasado. El mismo Chávez es militar y comunista a la
vez. El chavismo es la síntesis casi hegeliana entre militarismo y
comunismo. En cierto modo, eso ha ocurrido, porque los traumas del
pasado, tampoco han sido suficientemente analizados en los países
latinoamericanos. Por eso tienden a regresar, bajo formas fantásticas.
El caso es que aquello que veía ante mis ojos, tenía toda la
estructura de un sueño (las pesadillas son también sueños) Pero, y he
aquí el problema: No era un sueño. ¿O quizás lo era? Freud dijo una
vez: "todos los sueños son sicóticos".

Gran parte de esa imposibilidad para superar los traumas políticos, es
responsabilidad de los intelectuales latinoamericanos. A veces tengo
la impresión de que muchos de ellos piensan que el derribamiento del
Muro de Berlín fue consecuencia de un fenómeno tectónico, y no el
producto de una profunda revolución democrática. Tampoco han hecho el
necesario enlace entre el fin de las dictaduras militares, sobre todo
en el Cono Sur, con el fin de la Guerra Fría, que fue el resultado del
fin del comunismo. Si lo hubieran hecho, habrían comprendido que tanto
el fin de las dictaduras comunistas europeas, como el fin de las
dictaduras militares sudamericanas, no sólo ocurrieron al mismo
tiempo, sino que ambos procesos son parte de una profunda revolución
democrática que comenzó a tener lugar en la última década del siglo
XX, revolución que se extiende hasta nuestros días. Desde esa
perspectiva, la dictadura que está siendo instalada en Venezuela, es
representante de una contrarrevolución antidemocrática en ciernes. Es
una dictadura comunista y militar a la vez. Chávez, desde esa
perspectiva, no es el representante de una revolución, sino que de una
contrarrevolución. Quienes luchan por la vigencia de los derechos
humanos en Venezuela, como los estudiantes, son revolucionarios. Los
verdaderos revolucionarios.de la nación.

15 Escuché gran parte del discurso de Chávez. No todo, porque debía
regresar al hotel e ir a cenar con algunos amigos. Pero sí, escuché
gran parte del discurso con muchísima atención. No puedo decir lo
mismo de la gente de rojo que me rodeaba. Ya cansados, conversaban
entre sí y de repente, justo cuando Chávez iba a decir algo
importante, comenzaban a corear alguna consigna en contra del imperio,
de modo que a veces me perdía las frases más decisivas del Presidente.
Seguí sí con mucha atención el largo espacio que dedicó Chávez a
explicar la filosofía de Gramsci.

¿Qué tiene que ver Gramsci con todo esto? Me pregunté intrigado.

Yo fui un buen lector de Gramsci. Y debo reconocer, Chávez también lo
es. Su exposición acerca del pensamiento de Gramsci fue excelente. No
es que él sea un buen lector de solapas de libro, como quiso burlarse
el periódico Tal Cual. El Presidente había leído muy bien a Gramsci.
Pero la pregunta acerca del sentido de traer a Gramsci a colación,
todavía no lo entendía.

Gramsci es, en la teoría marxista, una suerte de anti-Lenin. Los
aspectos centrales de su teoría tienen que ver con el desarrollo de la
hegemonía de la cultura de la "la clase obrera", a través de sus
intelectuales orgánicos, en el marco del orden democrático, o como
dirían después, algunos de sus seguidores "a través de las
instituciones". El pensamiento de Gramsci impregnó toda la historia
del Partido Comunista Italiano. De algún modo, el pensamiento
gramsciano influyó las políticas divergentes de Palmiro Togliatti
frente a la URSS, pero sobre todo al "eurocomunismo" de Enrico
Berlinguer, que posibilitó el cisma occidental al interior del
pensamiento marxista. Hoy día casi nadie habla de eso, pero yo estoy
seguro que sin ese cisma, que puso fin al avance de las políticas de
la URSS en Europa Occidental, no habría tenido nunca lugar el llamado
colapso del comunismo, que culminó con el derribamiento del Muro de
Berlín en 1990. Esa fue la obra postrera del pensamiento gramsciano.
Por lo mismo, la pregunta era cada vez más acuciosa: ¿Qué busca Chávez
en Gramsci?. De pronto, cuando Chávez comenzó a hablar de los enemigos
de su revolución, me quedó todo muy claro. Claro, clarito.

Chávez, hábilmente, no sólo había estudiado a Gramsci, sino que lo
había puesto de cabeza, con los pies hacia arriba. Una maniobra
ideológica perversa; pero en su perversidad, debo reconocerlo: genial.

16 El centro de la teoría de Gramsci hay que encontrarlo en sus
teorías relativas a la absorción del Estado por medio de la sociedad
civil. Chávez, en cambio, estaba utilizando a Gramsci, para proponer
una estrategia de absorción de la sociedad civil por medio del Estado.
Si Gramsci lo escuchara, pensé, se revolcaría en su tumba.

Chávez ya ha tomado el poder del Estado. Controla al Ejército, a la
Burocracia, a los empleados del sector público, a la Asamblea Nacional
y al Poder Judicial. Sin embargo, grandes espacios de la sociedad
civil le son adversos. De ahí que intente ocuparlos mediante el ataque
del Estado. Por medio de los llamados Consejos, bajo el eufemismo del
Poder Popular, está corporatizando los estamentos sociales,
anexándolos de modo vertical a los comandos estatales. En su discurso,
señaló, y de modo muy claro, cuáles son los espacios enemigos que
busca ocupar mediante la acción estatal: a) El poder medial b) La
Educación c) La Iglesia..

Que nadie se equivoque entonces. El cierre de RCTV es parte de la
ocupación del poder medial por el Estado, y no un producto de un
arrebato de rabia del Presidente, como ha querido hacerlo aparecer la
oposición. La lucha en contra de la autonomía universitaria ya la
declaró en el Teresa Carreño frente a los pelotones estudiantiles
chavistas. En su turno y a su momento, atacará a la Iglesia. La
Iglesia, lo dijo Chávez, se encuentra siempre al lado de las clases
dominantes y ha llegado el momento de enfrentarla. Contará seguro, con
la complicidad bastarda de más de algún teólogo de la liberación.

Por cierto, acabar con un solo canal de televisión le ha sido más
difícil que lo que tal vez imaginaba. Acabar con otro, con el único
que queda (Globovisión) le costará más aún. El frente educacional ya
ha mostrado su fuerza y los universitarios antichavistas ya están
ganando todos los centros universitarios. Lo más probable entonces, es
que Chávez elija un ataque diagonal. Fundar universidades chavistas
por ejemplo, con rectores, profesores y alumnos chavistas. En gran
medida, eso ya está ocurriendo. Cuando fui invitado a cenar por el
Embajador de Alemania, conocí personalmente a un rector de una
universidad chavista. Es una Universidad para la Cocina (donde se
enseña a cocinar y a comer) Cuando pregunté al rector como son
elegidos los profesores de dicha universidad, me respondió muy
orgulloso: De acuerdo a su "compromiso social" (¡!)

17.

En su ataque a la Iglesia, Chávez no vaciló en mentir, al afirmar que
la Iglesia se encuentra siempre al lado de las clases dominantes. Todo
el mundo sabe que aquella Iglesia Católica unida a los sectores
neocoloniales, sobre todo latifundistas, hace tiempo que ha dejado de
existir en nuestro continente. No han sido teólogos de la liberación
marxistas sino que representantes conservadores y tradicionalistas,
quienes más se han jugado a favor de la democracia en América Latina.
Ni Monseñor Romero en el Salvador, ni Dom Helder Cámera en Brasil, ni
el Cardenal Silva Henriquez en Chile, fueron revolucionarios, pero
entendieron perfectamente que la propagación de la fe, necesita de un
espacio democrático. Hay un pacto tácito y no escrito entre Iglesia y
Democracia. Ese pacto fue evidente en Polonia. El Papa Benedicto ya ha
dado las señales con relación a Venezuela. Ni siquiera falsificando el
Mensaje de Jesucristo como ha intentado hacer Chávez en diferentes
alocuciones, podrá doblegar al pueblo católico de la nación.

Ha sido el mismo Chávez quien ha abierto los frentes de lucha. Yo lo
entendí perfectamente durante su discurso. También entendí que se
hacía tarde, de modo que pregunté a una señora chavista que se había
salido de las filas para comprar helados, la dirección del hotel donde
yo residía, la que me indicó de modo muy amable y detallado.

18.

Durante la cena de despedida, mis amigos se apiadaron de mí. Casi no
hablamos de política. Pero sí de música. Bajo la dirección del
excelente anfitrión, escuchamos viejas canciones del ayer. Algunas
profesoras del CENDES cantaron junto con Lucho Gatica, Toña la Negra,
Olga Guillot, Doménico Modugno, Nat King Cole y la Sonora Matancera.
Puedo asegurar que no les faltó entusiasmo. Al final me despedí de
ellos con cierta tristeza. Puede que cuando yo vuelva a Caracas no los
encuentre a todos. Algunos están pensando en irse al extranjero.
Adios, amigos queridos.

19.

Al día siguiente, justo después de otra entrevista periodística, llegó
el mismo taxista que me había traído cuando llegué. Nos saludamos como
antiguos amigos. Durante el trayecto, el taxista me dijo: "Que mal
negocio hizo el Presidente ¿no?". "¿Que negocio?" Pregunté. "¿No se da
usted cuenta? Cambió la reelección indefinida por el cierre de un
canal. Después de las protestas que desencadenó el cierre de RCTV, es
difícil, sino imposible la reelección. Si yo hubiera sido Chávez,
habría lanzado el referéndum por la reelección indefinida
inmediatamente después de las elecciones de diciembre, y enseguida
habría cerrado todos los canales que yo quiera". "Es cierto", le dije.
"Debo reconocer que no había pensado en eso. Pero eso no quita que,
cuando se le presente un buen momento, lo pueda hacer". "Difícil, muy
difícil", contestó. "Ya tiene mucha gente en contra. Y, además, la
economía no va para arriba, sino que para abajo".

Cuando llegué a casa, me esperaba en el programador la encuesta de
Hinterlaces, una agencia que en ningún caso puede ser considerada como
contraria al gobierno Chávez. De acuerdo a los nuevos cálculos, más
del 65% de la población adversa a Chávez. Entonces me dije: "En la
cabeza de ese taxista, se esconde el cerebro de un profundo analista
político".

20.

Cuando llegué al aeropuerto de Frankfurt, lo primero que hice fue
buscar un periódico. Durante una semana me había desconectado de la
política en Alemania, y estaba ansioso por saber que pasaba en este
país. Casi me voy de espaldas cuando leí que, como consecuencia de la
reunión del G8, detrás de un alambrado muro (especialidad de la casa)
donde se había discutido sobre nada para llegar a un acuerdo sobre
todo, habían más de mil heridos en la ciudad de Rostock. Además de
autos incendiados, jardines destruidos, vidrios quebrados, y muchos
detenidos. En ese momento, pensé que me gustaría tomar un avión de
regreso a Caracas. Después de todo, allí estaba más tranquilo.

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